No tenía intención de ver esta película hasta que la semana antes de su estreno, que nos pusieron el trailer, y nos apetecía ir a verla y echarnos unas risas.
Llegamos a la sala y empieza la sesión de azucar y felicidad que nos esperabamos (al fin y al cabo todo divorcio empieza con un matrimonio) con Jennifer Aniston. haciendo lo que mejor sabe (la reina de america, chica de al lado, bla bla, bla..., todos nos sabemos esos adjetivos), y Vince Vaughn luciendose con su verborrea.
Sin embargo no tardamos mucho en darnos cuenta que algo mepieza a fallar, es entonces cuando te das cuenta, "¡Y que esperaba! ¡Es una peli de divorcios!". La película empieza en este momento a convertirse en un drama, casi sin que nos demos cuenta. Los golpes de humor siguen sucediendose, con la Aniston dando pie a situaciones cada vez más disparatadas, y Vaughn soportandola estoicamente mientras sus gestos y expresiones son cada vez más comicos si cabe; sin embargo nos damos cuenta que la relación entre los protagonistas esta llegando a un punto del que será muy difícil salir con éxito recurriendo al típico final feliz. Pese a todo ello el final está resuelto de forma sencilla y eficaz (no diremos aquí cómo).
Entre los secundarios me quedo con el amigo del protagonista, interpretado por John Favreau, al que ya vimos en Friends. en este caso interpreta a un personaje a medio camino entre la ternura y la brutalidad (genial el momento en el que se ofrece a resolver los problemillas de Vaughn con un supuesto amante de Aniston).
Las interpretaciones son más que correctas, sin sobreactuar; y la dirección sobria y adecuada para la película.
Le doy un 8 sobre 10.
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